C.P. FRANCISCO ROJAS:
Amigas y amigos, muy buenas tardes.
Como se señala en el estudio de viabilidad enviado por Pemex al Congreso en julio del año pasado, la construcción de una refinería toma en cuenta que el sistema de refinación es un sistema integrado de recepción, transporte y almacenamiento de crudo, que contiene las instalaciones de transformación y la logística de almacenamiento, transporte, distribución y venta de primera mano de productos terminados, por lo que la localización de la misma tiene que ponderar todos los aspectos técnicos, económicos, sociales y ecológicos que el caso amerita.
Todos estos factores los debieran tener bien estudiados Pemex y el Instituto Mexicano del Petróleo desde hace ya mucho tiempo, por lo que el retraso en el arranque de la refinería se debe -fundamentalmente- a las indecisiones del Gobierno.
De ninguna manera las consideraciones partidistas deben influir en la decisión; esta es una decisión eminentemente técnica, y es de esperarse que Pemex ya tenga todo el expediente integrado y actualizado con todos los elementos con los que cuenta.
Lo contrario sería preocupante, ya que implicaría un grave retroceso en las capacidades técnicas que ha tenido el organismo.
Debemos preguntarnos ¿qué hay detrás de todo este procedimiento que pretende darle un simulado tinte democrático y de apertura, a una resolución que es eminentemente técnica?
Lamentablemente, a falta de transparencia, tenemos que entrar en el terreno de las interrogantes.
Recientemente alguno de los voceros del Gobierno, el líder del PAN, basó la conveniencia de este procedimiento —al que invitaron, por cierto, a gobernadores interesados en que la refinería se ubicara en el territorio de las entidades que gobiernan—, entre otras razones, dijo, para evitar un caso como el de Atenco y el fallido proyecto de aeropuerto del Gobierno de Vicente Fox.
¿Será éste un velado ataque que recuerda la incapacidad del Gobierno de Vicente Fox y el fracaso de lo que denominó como la gran obra de infraestructura de su periodo y el pésimo manejo que existió con la comunidad de Atenco?
¿Estaremos en presencia de una provocación para generar resistencias locales que se opongan a la construcción de la refinería?
¿Cabría preguntarse si es un intento que genere la especulación y la elevación de los precios de los terrenos para imposibilitar la construcción? O en su caso, si ya tienen los terrenos, ¿se están burlando de los gobernadores?
La generación de todas esas resistencias, ¿no acarrearía la cancelación del proyecto como una refinería pública y seguir insistiendo en que sea privada como pretendieron en su intentona legislativa anterior?
Las decisiones técnicas no pueden tomarse como si se tratara de una apuesta o mediante el asambleísmo.
¿Se trata en su caso de malquistar a los gobernadores entre sí y a estos con sus gobernados?
Sea lo que fuere no podemos menos que reconocer los esfuerzos de los gobernadores por luchar por el desarrollo de sus Entidades, atrayendo las inversiones y el empleo que el proyecto representará.
La ruta escogida, lo único que provocará serán mayores tensiones entre el Gobierno Federal y los de las entidades.
El Gobierno Federal dejará resentidas a las autoridades, pero también a las poblaciones de los estados no seleccionados.
La democracia participativa es deseable y hay que fortalecerla, pero el Gobierno no puede abdicar de sus obligaciones. Fue elegido para tomar decisiones.
Lo que deberían hacer público no es lo que piensan los gobernadores, como si se tratara de una subasta, sino hacer públicas las diferencias internas del Gobierno y que dan la sensación de que tenemos un Ejecutivo que no ejecuta y que es incapaz de tomar decisiones.
Recordemos que el estudio de viabilidad excluía expresamente a Salamanca por una serie de inconvenientes.
Por último, debemos tener presente a Jesús Reyes Heroles cuando señaló: “se debe gobernar para todos, pero no con todos, porque entonces se resultará gobernado”.
Muchas gracias.
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